Sin importar la marca que manejes, queremos hacerte una pregunta muy seria: ¿cuánta atención prestas a los avisos de seguridad de tu automóvil?
Tener un tablero sin testigos ( los indicadores amarillos o rojos) es lo ideal, sin embargo, es inevitable que aparezcan, incluso es deseable, pues son señales preventivas antes de que ocurra un inconveniente mayor. La mayoría de las veces es factible solucionarlo con sencillos pasos (como poner aire a las llantas); algunas otras es necesario llevarlo a un taller de servicio o a la agencia.
El tener identificado qué casos puedes solucionar por tu cuenta sin ser experto y cuáles son necesarios de diagnosticar por un especialista puede ahorrarte tiempo, dinero y dolores de cabeza innecesarios. Aquí te compartimos los cuatro más comunes, debido a que cada marca y versión puede contener distintos:
Check Engine → Este símbolo indica una falla del motor. En este caso no lo pospongas y llévalo a revisión. Es necesario un ‘scanner’, el cual se comunica con la computadora y módulos contenidos en tu auto. El ‘scanner’ es un equipo de diagnóstico especializado para leer códigos de error existentes del vehículo para facilitar la identificación de la falla por medio de un mapeo a los componentes hasta identificar la causa raíz. Escanear el auto no soluciona el problema, sólo es una guía para la detección del problema. El scanner permite borrar este aviso, sin embargo, mientras no se repare la falla no dejará de activarse.
ABS → No te arriesgues ni esperes, llévalo de inmediato a revisión, preferentemente en grúa. Esto porque se trata de una falla en tus frenos que podría poner en riesgo la integridad de los ocupantes, así como del entorno que transitas.
Presión de llantas → Cada marca tiene distinto sistema para monitorear si las llantas están desinfladas. Hay fabricantes que te indican la presión de cada llanta. Otros, que es el más común, encienden una luz en el tablero. Oríllate para ver si a simple vista detectas cuál es. Si no se percibe la perdida de aire acude a que las pongan a la presión adecuada y restablece para quitar el aviso, de lo contrario, será necesario montar tu llanta de refacción. En el caso de las versiones que no cuentan con refacción (los que tienen llantas run flat) podrás continuar tu marcha unos kilómetros. ¿Cuántos? Dependerá del fabricante, a una velocidad no mayor a 60 km/h y será necesario el reemplazo de la llanta.
Control de estabilidad → Las asistencias de estabilidad se apoyan de otros sistemas para brindar un manejo más seguro. Dicha asistencia es posible deshabilitarla temporalmente y cada fabricante define qué nivel de desconexión y el método, pero si este aviso está en tu tablero, quiere decir que está deshabilitado y si no has sido tú quien lo apagó, entonces reactívalo. En su mayoría es un botón con las letras ESP o un dibujito con las llantas derrapando. Si con el botón no se apaga y viene con más testigos o no se apaga después de circular más de 15 minutos, lo ideal es llevarlo a revisar. A veces este control se desajusta cuando se somete el carro a una prueba dinámica, por ejemplo, la bendita verificación donde ponen el auto sobre rodillos. Al finalizar la prueba basta con circular para restablecer todo a la normalidad.
Mantener tu auto en óptimas condiciones no es difícil, basta revisar la presión de las llantas, los niveles de aceite, anticongelante y líquido de frenos, así como realizar los servicios en los periodos indicados por el fabricante. Esos hábitos mantendrán bajo control el riesgo de avería. Bueno, una buena lavada no está de más, para que luzca impecable.