De pronto, un día despiertas y te das cuenta que estás siendo constante con el gimnasio, que tu dieta está diseñada acorde a tus demandas cotidianas, que has mejorado tus niveles de fuerza, que resistes rutinas que antes hubieran sido impensables y hasta has participado en algún evento competitivo; sin embargo, tu peso no es aún el que deseas.
Te sobran unos kilos que no se van por más abdominales que hagas o por mejores platillos que prepares. ¿Qué es lo que ocurre entonces? ¿Es mentira eso de la dieta y el ejercicio? ¿Has sido engañado por la industria del fitness? Para nada. Lo que haces te está ayudando bastante, pero puede que estés ignorando algunos aspectos de igual relevancia. Recuerda que el éxito está en los detalles. Aquí te diremos tres, los más comunes; pero no te preocupes, son los más sencillos de ajustar:
1 No te sabotees los fines de semana.
Algo muy común es ver hombres y mujeres que de lunes a jueves hacen su dieta al pie de la letra, pero apenas llega la tarde del viernes, comienza la debacle: la cena, las cervezas, los amigos, la botana, o bien, la carne asada del ‘sabadrink’, entre otros compromisos que rompen la buena racha que llevaban. Esto impide que se note el progreso. Es frustrante.

No quiere decir que el esfuerzo realizado de lunes a jueves no sea importante, pero veamos; si haces 5 comidas al día, de lunes a jueves son 20; de viernes a domingo 15. Si 15 comidas a la semana las haces fuera de un buen régimen de alimentación, es muy fácil que estas 15 superen en calorías lo bien que pudieras haberte portado en las otras 20 de entre semana; por lo tanto, no verás resultados.

No tienes que hacerlo a la perfección todas las semanas y todos los meses; pero puedes elegir un par de comidas libres en la semana. ¡Comidas, no días! En ellas es importante no pasarte ni desquitarte de todo lo que no has probado; simplemente comer lo que se te antoje, en cantidades moderadas.
2 El descanso es clave.
Es común no otorgarle la importancia necesaria, pero el descanso es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo. Además, influye en la capacidad de mantener un peso saludable. Resulta que mientras dormimos, el cuerpo se recupera, adapta el ejercicio o estrés que tuvo durante el día y, al no necesitar energía de forma inmediata, puede utilizar grasa como fuente de energía. Cada vez existen más estudios que confirman que dormir poco está relacionado con problemas de control de peso y también de algunas enfermedades. Entendemos que muchas veces tus actividades o trabajo no te permiten dormir lo que quisieras, pero tómalo como una prioridad para tu salud. Reduce el tiempo que estás en el celular o redes sociales una media hora, y mejor aprovecha esos 30 minutos para descansar. Pronto sentirás la diferencia (Journal of Sleep Research, 2017. Sleep Medicine, 2014).
SM Schmid, M Hallschmid, K Jauch-Chara, J Born, B Schultes. 2008. Journal of Sleep Research. A single night of sleep deprivation increases ghrelin levels and feelings of hunger in normal‐weight healthy men.

3 Controla tu dosis de estrés
El estrés es algo de lo que diario hablamos. Pero, ¿qué alcances presenta en el cuerpo? De entrada, produce cortisol, la hormona del estrés. Se produce por cualquier tipo de éste, es decir, laboral, emocional, deportivo, por el tráfico y hasta el de la vida diaria. Para el cuerpo es exactamente el mismo, ya que dentro de él se produce la misma hormona ya mencionada.
Se trata de una hormona muy útil, pues ayuda a salir rápidamente de situaciones complicadas. Pensemos en nuestros antepasados que pudieron haberse encontrado a un león y tener que correr por sus vidas. Ese instante genera estrés; por lo tanto, cortisol, el cual permite actuar de forma inmediata para ponernos fuera de peligro. Una de sus funciones es hacer que utilicemos combustibles explosivos para estar a salvo lo más rápido posible. Ciertos grados de estrés son buenos para el cuerpo y los tolera bien, pero cuando nos pasamos, el cuerpo ya no puede recuperarse. Hoy en día el problema es que con tantas fuentes de estrés, nuestros niveles de cortisol suelen estar más elevados de lo que el cuerpo es capaz de tolerar y procesar de forma positiva. Los altos niveles de cortisol hacen que el cuerpo siempre quiera utilizar estos combustibles rápidos y dejamos de usar las grasas como fuente de energía, entre otras tantas reacciones que no ayudan a la salud.

En resumen:
- Cuida tus fines de semana. Elige tus dos comidas libres, cuidando las cantidades. Por ejemplo, si sabes que tendrás una boda, esa semana no falles al ejercicio y el día de la boda, desayuna y come bien.
- Ten higiene del sueño, es decir, duerme lo suficiente y establece un horario para acostarte y levantarte.
- No te estreses por los resultados, no necesitas más estrés. Si te gusta, puedes tomar una clase de yoga la cual te ayudará a estar presente.